Las picaduras son lesiones en la piel a través de la inyección de sustancias propias del insecto. El cuadro clínico puede variar de leves molestias locales hasta formas muy graves.
Estas son las causas más frecuentes y cómo identificarlas:
– Avispas y abejas (picadura dolorosa, produciendo un edema que se pasa en unas pocas horas.)
– Mosquitos y tábanos (pican y succionan sangre, en ocasiones pueden infectarse por el rascado.)
– Pulgas (picaduras con distribución irregular y lineal, localizadas en las extremidades.)
– Chinches (producen 1 o más picaduras con un punto morado central e inflamado.)
– Arañas (introducen veneno al morder y provocan edema.)
– Garrapatas (se adhieren a la piel entre 10-12 días y clavan la trompa para succionar, al principio ni duele ni pica.)
– Escorpiones (solo ocasionalmente desencadenan reacciones anafilácticas.)
– Medusas (provocan lesiones en la piel al ponerse los tentáculos en contacto y dispersan veneno. Suele salir un sarpullido con dolor intenso y sensación de quemazón.)
¿Cómo podemos prevenirlas?
– Alejándose de las zonas donde haya insectos.
– Exponer mínimamente la piel.
– Utilizar mosquiteras.
– Utilizar repelentes de mosquitos tanto para adultos como para niños.
– Evitar productos perfumados.
¿Cómo podemos tratarlas?
Se puede tratar una picadura con analgésicos, antihistamínicos vía oral, aplicar en la zona antisépticos, evitar antihistamínicos tópicos y en casos más fuertes se puede aplicar corticoide en crema/pomada.
Si la picadura no ha desaparecido en 5-10 días o hay signos de infección, fiebre, malestar general, somnolencia, dificultad para respirar deberá de consultarlo con su médico o farmacéutico.